Armas: control y desarme

Discurso de la campaña “Por una Argentina sin armas”

En el marco del lanzamiento de la campaña, Mónica, mamá de Alfredo Marcenac, pronunció el siguiente discurso acompañada por representantes de la Red Argentina para el Desarme.

22 Ago 2025

Mónica Bouyssede presenta la campaña junto al mural que recuerda a su hijo. Foto: Marco Catullo

 

En nombre de la Red Argentina para el Desarme agradecemos el acompañamiento en este acto de lanzamiento de la campaña “Por una Argentina sin armas, para Argentina sin violencia”.

Soy Mónica, mamá de Alfredo Marcenac, el joven de 18 años que fue asesinado el 6 de julio de 2006 por un usuario de armas de fuego. Ese día, a las 17:00 horas, el asesino disparó contra la gente que caminaba por esta calle. Hirió a 11 personas y a Fredy lo mató.

A partir de ese momento, desde la asociación civil que lleva su nombre y como parte de la Red Argentina para el Desarme, nos hemos ocupado de concientizar sobre los riesgos que ocasionan las armas de fuego en la sociedad y de reclamar a nuestros gobernantes y legisladores medidas efectivas de control de las armas. No pertenecemos a ningún partido político ni a ningún sector poderoso; nuestro único interés es evitar que vuelvan a ocurrir hechos terribles como el que le costó la vida a mi hijo y a tantas otras víctimas en este país. El trabajo de estos años nos ha permitido conocer más y acumular información sobre este grave problema del que se habla muy poco, pero que cuesta muchas vidas.

  • En Argentina hay ocho muertes por día a causa de las armas de fuego. Casi la mitad de esas muertes ocurren por suicidios o accidentes.
  • Seis de cada 10 homicidios se cometen con armas de fuego y la mitad de esos homicidios, contrariamente a lo que se muestra en los medios de comunicación, ocurren por conflictos interpersonales, riñas, discusiones o problemas intrafamiliares.
  • Uno de cada cuatro femicidios se cometió con armas de fuego. Estos datos muestran que la presencia de las armas de fuego aumenta el riesgo de muerte para nosotros mismos, para nuestras familias y para terceros.

Los referentes de la RAD Martín Angerosa, Pía Devoto, Aldana Romano, Mónica, Carola Cóncaro y Sidonie Porterie. Foto: Marco Catullo

 

No somos 20 idealistas queriendo imponer una discusión que no cabe para este mundo. Somos ciudadanos y ciudadanas que cuando supimos que el acceso legal a un arma de fuego era un trámite más sencillo que el de una licencia de conducir, pensamos que esto no podía seguir así. Ni eso, ni que el registro de armas fuera administrado (repito, administrado), por la asociación de fabricantes y comerciantes de armas. El RENAR siempre estuvo al servicio de los fabricantes y comerciantes de armas, por eso en todo el país hay más de 350 armerías, pero solo 11 inspectores. La situación era —y sigue siendo— a todas luces inadmisible.

Por eso hoy, a casi 20 años de la muerte de Fredy, en el día de su cumpleaños, queremos recordar el valor de la vida y alertar sobre las consecuencias de las medidas que ha adoptado el gobierno nacional en materia de armas: se eliminó la ANMAC, la Agencia Nacional de Materiales Controlados, el organismo encargado de controlar la venta de armas y explosivos, hacer campañas de prevención para el desarme, desalentando el uso de estos instrumentos de muerte y se volvió al viejo RENAR, el mismo organismo que sólo cumple la función de registrar a quienes quieren tener armas, con muy escaso control de los usuarios, las armerías y las fábricas de armas. El mismo RENAR que en 2006 permitió que al asesino de Alfredo se le hubiera otorgado una credencial de legítimo usuario de armas de fuego. El gobierno nacional no sólo restableció el RENAR, también bajó la edad de 21 a 18 años para acceder a las armas de fuego y lo que aún es más grave, se autorizó la venta de fusiles semiautomáticos, los mismos que se utilizan en las matanzas de Estados Unidos.

Estas medidas que sólo responden a los intereses de los fabricantes y comerciantes de armas, aumentando los riesgos de muerte y violencia para la ciudadanía, representan un retroceso de 20 años en política de armas en Argentina.

Tenemos un país con cientos o miles de problemas, pero hay uno que no tenemos: el de prender la televisión o agarrar el celular y enterarnos que un chico generó una balacera en su escuela, o que alguien abrió fuego en un recital o en el medio de la calle y mató a gente que sólo pasaba por ahí. En nuestro país, las pocas veces que pasó algo así, quedó marcado en nuestra memoria, como los casos de Alfredo o de Carmen de Patagones. En los países con el modelo de libre portación que propone el Gobierno, esa es una noticia de casi todos los días. Esa es la decisión que debemos tomar como sociedad: si queremos comprarnos un nuevo problema que no necesitamos, para satisfacer a un grupo muy reducido y extremo de fanáticos de las armas.

El plan de la mariposa estuvo presente para acompañar el lanzamiento de la campaña. Foto: Marco Catullo

 

Hace más de 20 años, un grupo de organizaciones nos juntamos para fundar la Red Argentina para el Desarme. Lo hicimos convencidos y convencidas de la necesidad de dar el debate público y de construir redes, articular esfuerzos, y empujar decisiones para disminuir la circulación de armas en la sociedad y construir una cultura de la no violencia. No llegamos solos hasta acá. Nos han acompañado múltiples sectores de la sociedad, docentes, artistas, periodistas, pero también legisladores y legisladoras, y responsables de Ministerios y Secretarías de distintos gobiernos políticos. En este camino, el Congreso de la Nación, por acuerdo de prácticamente todos los bloques políticos, votó al menos 10 leyes en esta dirección. El consenso social y político era claro: reducir las armas es reducir la violencia

Y hoy tampoco estamos solos. Les agradecemos a los y las ilustradoras que nos han obsequiado sus obras para exponer hoy, al Plan de la Mariposa que nos acompañó en el evento, a las narradoras que se acercaron a regalarnos susurros y a recuperar la palabra. Y a la comuna 13 que nos facilitó las gestiones para que pudiéramos hoy estar aquí.

Como hace 20 años es necesario alzar fuerte la voz. El Gobierno Nacional está avanzando decididamente para lograr que la libre portación de armas sea una realidad en nuestra sociedad. El Congreso de la Nación puede poner un freno, para eso debe rechazar las reformas.

Queremos alzar la voz en nombre de las víctimas que llevamos en nuestra espalda. En nombre de Adrián Marcenac, padre de Alfredo, fallecido recientemente, luchador incansable de la Red Argentina para el Desarme, en nombre de la gran mayoría de los ciudadanos de este país que rechazamos las armas, que queremos una sociedad más pacífica y segura para nuestros hijos. Por eso estamos hoy aquí. Y los invitamos, una vez más, a acompañar esta campaña. Pueden sacarse una foto con las imágenes que están circulando, ayudarnos a correr la voz, a multiplicar los esfuerzos.

La consigna es sencilla: queremos una Argentina sin armas porque queremos una Argentina sin violencia.

INECIP