Uno de los principales inconvenientes para la política criminal es la falta de definiciones claras respecto al problema criminal que debe ser perseguido por el Estado. El mercado criminal comprende a la trata y a la explotación sexual, siendo la primera una de las manifestaciones más gravosas de la segunda, aunque ciertamente no la única. Ante ello, la persecución de la trata se define, inevitablemente, por la conceptualización que se tenga en torno a la explotación sexual. De allí la importancia capital en obtener una definición concreta de explotación sexual, ya que ésta será el vector que oriente, por un lado, la persecución penal del Estado, y por el otro, todo aquello que quede exento de punibilidad.
Escriben Aldana Romano y Analía Ploskenos.
“El problema político criminal: la explotación sexual” forma parte del libro “La trata sexual en Argentina a 10 años de la ley. ¿Qué investigó la Justicia?”