Autor: Alberto Binder
“Una de las características más importante de todo el proceso de reforma de la justicia penal en América Latina, que entre otros efectos produjo una modificación importante de la mayoría de las legislaciones procesales penales, es la ruptura del modelo rígido vinculado a la obligatoriedad del ejercicio de la acción penal, a un diseño también rígido del propio sistema de la acción pública y la apertura de nuevas reglas, más flexibles, que, en terminos generales conocemos como reglas de discrecionalidad, fundada en un no siempre claro –por lo menos conceptualmente- principio de oportunidad”.