Las armas de fuego, lejos de garantizar seguridad, siempre son un riesgo. Los hechos lo demuestran. Los y las argentinas matan más en ocasiones de conflictos interpersonales que en circunstancias de robo. Por eso, la concientización de la importancia del desarme de la sociedad civil, el control eficiente del mercado legal y la persecución del mercado ilegal deberían ser políticas públicas esenciales para una sociedad que busca ponerle un freno a la violencia.
Opinan Aldana Romano, Carolina Cóncaro y Adrián Marcenac.