Institucional

Sin Vueltas: Política judicial para una democracia inclusiva

El nuevo proyecto del INECIP pretende interpelar a propios y ajenos recuperando la capacidad de indignarnos frente a una administración de justicia ineficiente y preocupada por sus privilegios. Por Patricia Coppola.

5 Ago 2021

Por Patricia Coppola. 

Este año 2021, entre cifras de muertos y contagiados, el INECIP decidió emprender un nuevo proyecto.

Sin vueltas pretende ser una publicación que sea capaz de interpelar a propios y ajenos. A los propios, a quienes no hay que convencer de las bondades de la democracia inclusiva ni del respeto a las garantías individuales y que desarrollan robustos discursos progresistas, tal vez haya que convencerlos de que los marginados y desesperados de siempre necesitan que seamos capaces de mirar más allá de nuestros proyectos personales y recordar que la historia ha demostrado de mil maneras que los discursos que no traspasan el muro de la academia nunca han servido para transformar la realidad. Y a los ajenos, a los que pocas veces hemos logrado convencer de algo, queremos “bombardearles la madriguera” para ver si alguno asoma la cabeza de pura vergüenza.

Sin vueltas pretende que recuperemos la capacidad de indignarnos, que renovemos el desprecio por quienes hacen de la administración de justicia un festival de ineficiencia y una cohorte de camanduleros preocupados por sus privilegios.

La reforma de la justicia federal aún está vergonzosamente pendiente, son constantes los avasallamientos.

Hace más de 30 años, que la primera generación del Inecip con Tute Baigún a la cabeza, comenzó a librar las primeras y enormes batallas. Aquella euforia reformista de los 80´, con la democracia recién recuperada, y la que le siguió durante los 90´, no fue en vano ya que superaron el panorama que regía en las décadas anteriores. Es cierto que muchas veces nos preguntamos si se ha logrado un punto de no retorno. En ocasiones, estamos seguros que sí, en otras tenemos serias dudas y no pocas veces pensamos que nos encontramos en el mismo punto de partida: es que los malos de la película siguen vivitos y coleando como el huevo de la serpiente de Bergman.

El aumento de la tasa delictiva y la sensación de inseguridad ciudadana, a falta de toda imaginación, siguen pretendiendo ser conjuradas con las prácticas tradicionales de represión, prisiones preventivas y encarcelamiento. La reforma de la justicia federal aún está vergonzosamente pendiente, son constantes los avasallamientos de las garantías y la intolerancia se muestra en todas sus penosas manifestaciones, fundamentalmente a través del arbitrio represivo del Estado, y todos los esfuerzos reformistas, antes o después, se enfrentan con el problema de la organización judicial, tornándola aún más ineficaz.

Es imprescindible no bajar los brazos, continuar librando batalla a través de la crítica permanente de los sistemas penales y continuar denunciando todo tipo de autoritarismo.

La nueva generación del Instituto tiene la obligación de tomar la posta, de renovar el grito y la denuncia y de no convertirse en cómplice de un sistema penal que sigue reproduciendo las viejas prácticas que sus antecesores trataron de desterrar.

Es imprescindible no bajar los brazos, continuar librando batalla a través de la crítica permanente de los sistemas penales y continuar denunciando todo tipo de autoritarismo y desenmascararlo cuando se esconde detrás de un dudoso discurso moral. Eso sí, hay que tener en cuenta que enfrentarse con ese enemigo no es inocuo, hay que estar dispuestos a pagar el costo y tratar de evitar que las derrotas se repitan y que crezca así la desesperanza.

Desde una perspectiva crítica y militante, el Inecip renueva la apuesta de reimpulsar el inacabado proyecto de la democratización de la Justicia y del Estado de Derecho. Sin vueltas…

 

Patricia Coppola es integrante de la Junta Directiva del INECIP. 

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