En sociedades donde la violencia suele ser la relación social dominante, el sentido de la discusión sobre la circulación y el uso de armas de fuego debe ponerse siempre en perspectiva con el debate sobre la circulación y uso de las violencias.
En el marco de la decisión de la suspensión temporal de la comercialización de armas de fuego y municiones de la Ciudad de Santa Fe, advertimos sobre la necesidad de no confundir el sentido, alcance y oportunidad de la discusión sobre esta medida, con el debate que nos debe regiren la decisión de darnos un proyecto de sociedad no subordinada a ninguna forma de violencia.
La suspensión de la comercialización de armas de fuego es una medida auspiciosa para abrir esta discusión. Un mercado legal eficientemente controlado favorece un uso restrictivo de las armas de fuego y, en consecuencia, menos posibilidades de muertes prevenibles.
Esta tipo de medida es complementariadelas políticas de prevención de la violencia armada, que buscan desincentivar el uso de armas de fuego para reducir las millones de muertes evitables y la circulación de las diversas violencias que condicionan la vida social, política y cultural de una comunidad.
El debate no debe confundirse con el alcance de cada medidapara no perder de vista la profundidad del desarme como política pública. Ninguna medida por si sola puede pretender transformar las formas y contenidos de las relaciones sociales predominantes.
Aprovechamos, entonces, la apertura de la agenda mediática a la discusión para dejar planteadas otras preguntas de fondo, diferentes a las que nos estamos habituados a hacer: ¿es la comercialización legal de armas un factor negativo que incide en la proliferación de armas de fuego en una sociedad?, ¿es el arma de fuego un elemento hoy utilizado para dirimir diferentes tipos de problemas interpersonales?, y, ¿Estamos dispuestos a aceptarnos como multiplicadores de diferentes tipos de violencias? Habitualmente no se discute la producción de la violencia como manifestación social, no sólo reductible al mundo de lo ilegal o del delito; y lo cierto es que sin esta pregunta de fondo, desvirturíamos el sentido de la afirmación que a nosotros nos da identidad: DECIRLE NO A LA VIOLENCIA ARMADA, DECIRLE NO A LA PROLIFERACION DE ARMAS DE FUEGO.