Un jurado popular de La Plata declaró no culpable a Federico Lisi Ríos (25), que estaba imputado por un homicidio que jamás cometió y por el que estuvo cuatro años preso en la cárcel de Olmos. El comisario a cargo de la dependencia donde le tomaron a Lisi Ríos una confesión obtenida ilegalmente bajo coacción y el juez de garantías que avaló este proceder están hoy presos y acusados de graves delitos en otra causa de gran notoriedad.
Lisi Ríos estaba acusado de haber cometido el asesinato del electricista Miguel Ángel Quesada, de 62, que apareció muerto en su domicilio de Los Hornos con más de 40 puñaladas. Lisi Ríos era su ayudante.
La Asociación Argentina de Juicio por Jurados entrevistó al abogado defensor de Lisi Ríos, Gonzalo Alba.
AAJJ: ¿Nos podría resumir el caso?
Gonzalo Alba: La prensa lo reflejó bastante bien. Lisi Ríos estuvo 1375 días preso injustamente gracias a una confesión ilegal obtenida bajo severo interrogatorio en una comisaría. Esa confesión contradecía al resto de los débiles indicios que la fiscal Leyla Aguilar reunió en su contra. Todos sabemos que esa prueba es completamente nula. Sin embargo, fue convalidada en todas las instancias judiciales de La Plata, menos por el jurado popular.
La defensa pública interviene primero, pide la excarcelación y cuestiona esta prueba. El juez de garantías César Melazo le da plena validez y le dicta la prisión preventiva por homicidio criminis causa, reprimido con prisión perpetua. La defensa oficial apela en hábeas corpus y la Cámara de Apelaciones y Garantías convalida lo actuado en su totalidad. Sin entrar al fondo de la cuestión responde, palabras más, palabras menos que “las formalidades que rodearon al acto están cumplidas dada la presencia en la comisaría de un testigo civil y eso le da prima facie legitimidad al acto”. Increíble, pero real.
AAJJ: Los artículos 141 y 282 del Código Procesal Penal son claros al establecer plazos fatales. Si hay una persona detenida, la investigación penal preparatoria no puede durar más de cuatro meses y el proceso en su totalidad no puede exceder los dos años. ¿Qué pasó aquí?
GA: Lisi Ríos es detenido el día mismo que empieza la causa, el 17 de diciembre de 2015. La investigación penal preparatoria no duró cuatro meses. Duró un año y medio y terminó el 20 de mayo de 2017. Allí pasa la causa al tribunal oral, donde estuvo hasta el viernes pasado. Es decir, dos años y cuatro meses más sumados al año y medio que llevaba preso. Todos los plazos legales estaban vencidos. Es más, insistí tanto que me dieron fecha en el tribunal para septiembre de 2019, ya que el juicio estaba pautado para febrero del 2020.
AAJJ: ¿Cuándo toma usted el caso?
GA: Empiezo a intervenir a principios de 2016 junto a mis colegas Mauro García Strigl y Lautaro Iroz. Enseguida me identifiqué con el caso. Era un drama humano. En el medio nos ofrecen abreviar la causa a cambio de una condena y nos oponemos de plano. Antes de cualquier juicio hay una audiencia en donde se discute la admisibilidad de las pruebas que se van a utilizar en el juicio. Le pedí al juez que excluyera por ilegal a dicha confesión en la comisaría. No hizo lugar al planteo y la declaró válida y admisible. Es largo de contar, pero nada, absolutamente nada de la prueba incriminaba a Lisi Ríos. El ADN del cuchillo con el que se dio muerte a Quesada no era de él. Había ADN de otras personas en la casa. Lisi Ríos llega a la casa a trabajar un día después de la muerte del electricista. Él aparece cuando Quesada ya estaba muerto. Lo certificaron los peritos, que dataron con precisión el día y hora de la muerte. Pero como Lisi era jovencito, pobre y de Los Hornos, lo llevan engañado a la comisaría “como testigo” y pasa lo que ya todos saben. 1375 días preso y el caso “esclarecido”.
AAJJ: ¿Por qué decide ir a juicio por jurados?
GA: Soy un defensor a ultranza del juicio por jurados. La justicia penal está sumida en el descrédito y una de las maneras de superarlo es hacer que la ciudadanía controle los juicios participando en ellos como juzgadores. De este modo, no sólo cumplimos con la Constitución, sino que ponemos en marcha un mecanismo sano de participación popular.
Pero en el caso concreto Lisi y yo nunca tuvimos dudas. Si todas estas injusticias fueron convalidadas por este Poder Judicial de manera corporativa, dijimos: “Contemósle todo esto a la gente”. Este caso era un juicio sobre los hechos, no tanto sobre el derecho. A veces con el derecho te terminan enredando en discusiones dogmáticas donde tres jueces técnicos te fundan una condena grave con pruebas viciadas e ilegales y nunca nadie se va a enterar. Siempre supimos que el jurado popular nos iba a escuchar y a entender mucho mejor. Nos podía ir bien o mal, pero iban a valorar nuestros argumentos con mayor imparcialidad, justicia y sentido común. Y así sucedió.
AAJJ: ¿Cómo fue el juicio y por qué razón usted cree que el jurado declaró a Lisi no culpable?
GA: El jurado se enfocó en tres aspectos objetivos que surgieron con total claridad en el debate. La contundente declaración de Lisi Ríos, el ADN negativo en el cuchillo homicida y la presencia de ADN de otro sujeto en él y la pericia que certificaba el momento exacto y el horario de la muerte. La fiscalía jamás pudo remontar ese cuadro desincriminatorio. Era muy sólido. Lisi jamás negó su relación con Quesada, ya que trabajaba allí. Pero no había prueba alguna de que él lo mató. El jurado lo vio así.
AAJJ: La foto suya abrazando a Lisi que dio la vuelta al país habla más que mil palabras….
GA: Así es. Es el resumen perfecto de una grave injusticia reparada. Cuando escuchamos el veredicto de “NO CULPABLE”, nos quebramos de la emoción. Se había hecho justicia. El Pueblo se había pronunciado y puso las cosas en su lugar. Lisi Ríos LIBRE para siempre. Cuando me repuse un poquito, me di cuenta que el jurado estaba de pie y aplaudiendo. Jamás en mi vida lo olvidaré.