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Binder: “Esto es una pelea entre facciones que quieren controlar el Poder Judicial”

El jurista calificó como una “jugarreta” el fallo de la Corte Suprema que declaró inconstitucional la composición del Consejo de la Magistratura de la Nación. Criticó al poder político, cuestionó la opacidad de los concursos y se preguntó por qué el organismo cuenta con una planta de 1.500 empleados.

22 Abr 2022

Por Silvina Bazterrechea  para Comercio y Justicia

El funcionamiento y la nueva integración del Consejo de la Magistratura de la Nación sigue motivando debates, discusiones y planteos en la Justicia. El fallo de la Corte Suprema que declaró inconstitucional su composición dejó expuesta la falta de voluntad política para debatir un proyecto serio que permita transparentar y mejorar el funcionamiento del organismo. El debate se parcializó y se circunscribió a la cantidad de miembros que lo integrarán y quién lo presidirá. Poco se dijo, en cambio, respecto de la opacidad de los concursos que se realizan, la demora que tienen los procesos de selección o la ineficacia para llevar adelante la destitución de magistrados sospechados.

“La Corte no está sacando fallos según la Constitución sino que es un actor del juego mafioso por el control del Poder Judicial”.

Sobre el tema Comercio y Justicia dialogó con el jurista, Alberto Binder, fundador y presidente del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip). Binder fue contundente a la hora de tachar de “jugarreta” el fallo del Máximo Tribunal y de considerar como una pelea entre “facciones que quieren controlar el Poder Judicial” el debate que se abrió luego de que el senador Luis Juez quedó fuera del Consejo de la Magistratura.

¿Qué reflexión le merece lo que está pasando en el Consejo de la Magistratura?

Es importante hacer un poco de historia: antes de la creación del Consejo de la Magistratura el sistema de nombramiento de jueces era el de un presidente que proponía y un Senado que luego aprobaba la designación. Ese sistema politizó la selección de los jueces y, para evitar eso, se creó un consejo que buscaba limitar el ámbito de discrecionalidad en la selección mediante concursos que permitieran aumentar la idoneidad de los jueces. El segundo objetivo que se planteó fue que la Corte no tuviera la administración del Poder Judicial porque eso le consumía mucho tiempo. Después
de más de 20 años de la existencia del consejo esos resultados no se dieron y los problemas se agravaron. El consejo se convirtió en una especie de bazar de negociación política en lugar de un espacio para la selección de jueces.

“Esto es una pelea entre facciones que quieren controlar el Poder Judicial y que están discutiendo hasta dónde llega el área de control de cada uno”.

¿Por qué cree que la Corte se tomó todo este tiempo para resolver respecto de la constitucionalidad del Consejo?

Porque la Corte no está sacando   fallos según la Constitución sino que es un actor del juego mafioso por el control del Poder Judicial. No es una sentencia fundada en una defensa de la Constitución sino que es un fallo hecho a medida de su juego político. Este fallo tiene cuestiones técnicas muy malas, excede el control de constitucionalidad específico y le pone plazos al Poder Ejecutivo que sabía que no podía cumplir; es una jugarreta, no es un fallo.

La discusión continúa y hasta se judicializó si corresponde a Luis Juez formar parte del Consejo. ¿Cómo se sale de esta situación?  

Eso es todo irrelevante, nadie discute lo importante. Tenemos que empezar a pensar en un nuevo sistema de concursos y exámenes; hay que discutir cómo sacarle la administración a la Corte para cumplir con lo que dice la Constitución, tenemos que repensar un control disciplinario   más eficaz -no nos olvidemos que tenemos un sistema disciplinario que pudo convivir con un juez como Oyarbide-, hay algo que no funciona. Tenemos que discutir para qué necesitamos 1.500 empleados en el Consejo de la Magistratura con sueldos que muchas veces son obscenos, hay muchas discusiones de fondo. Nos debemos una discusión cívica, profunda, esto es una pelea entre facciones que quieren controlar el Poder Judicial y que están discutiendo hasta dónde llega el área de control de cada uno; con esto me refiero al oficialismo y también a la oposición.

“El Consejo de la Magistratura se convirtió en una especie de bazar de negociación política”.

El Consejo de la Magistratura no es una discusión sobre cuántos deben integrarlo, si 10 o 20, hay que refundarlo para que cumpla las funciones constitucionales. A lo que hoy estamos asistiendo no es una refundación, estamos asistiendo a una batalla para ver quién maneja este bazar, esto es frustrante. Hace mucho tiempo que no veía una discusión tan degradada y les haría un llamado a los constitucionalistas para que intervengan para poner razonabilidad a todo esto. Dan vergüenza de un lado y del otro.

¿Qué cuestiones debería tener en cuenta un proyecto de ley pensando en un Consejo eficaz? 
Hay que hacer un consejo chico, el equilibrio puede cumplirse con siete miembros; 20 es para hacer negocios, hay que acabar con las comisiones, clarificar el sistema de administración, necesitamos concursos que garanticen la transparencia, que todos sepan quiénes son los examinadores, que sean concursos en serio. Hoy tenemos concursos que duran años. Cualquier concursante sabe que concursar para un cargo federal es un calvario: tiene que buscar padrinos, todo termina siendo una negociación espuria y mafiosa. Hay muchas cosas que discutir; el Consejo de la Magistratura debe ser refundado. Este consejo es interino, tal como está no sólo no sirve sino que es una institución contraria a la defensa de la independencia judicial.

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