El abogado Andrés Harfuch fue uno de los disertantes de la presentación “El Juicio por jurados en Chubut” que se realizó el lunes a la tarde en Trelew y en la cual explicó la realidad de los jurados en la Argentina hoy.
“Finalmente creo que ha llegado el tiempo para que esto sea una realidad” dijo Harfuch sobre el proyecto para implementar el juicio por jurados en la provincia del Chubut en diálogo con FM Tiempo Trelew (91.5).
En cuanto al alcance que podría tener el juicio por jurados y si la gente se encuentra preparada para esa figura, el abogado y docente universitario aseguró que “el que estuvo siempre preparado para las cosas del gobierno es el pueblo, los que no hemos estado preparados de estar a la altura de eso hemos sido los funcionarios” y agregó “siempre he creído que la gente común, la gente de a pie, la gente que no pertenece a ninguno de los tres poderes del estado, la gente que elige presidente, diputados, senadores, la gente que vota, es la gente está totalmente preparada para emitir un juicio respecto de si una persona es culpable o inocente respecto a un suceso que aconteció”.
El Dr. Harfuch afirmó que el sistema ya se viene aplicando en distintos estados provinciales sin inconvenientes. “Ya se han hecho 150 juicios por jurado en Buenos Aires, en Neuquén, en Córdoba; no ha habido ningún solo problema con ninguno de ellos y siempre los veredictos han sido destacados como decisiones mesuradas, equilibradas, definiciones justas para el caso concreto” indicó.
“Los que no creen en cambio en los fallos de los jueces es la gente, no comprende algunas decisiones judiciales, lo vemos a diario” dijo el vicepresidente de la AAJJ.
Mayor compromiso
El especialista indicó que el sistema genera un mayor compromiso por los temas judiciales de parte de aquellos que son elegidos para participar como jurados y contó que en los distritos donde se aplica, se ha registrado que tanto titulares como suplentes, una vez concluida su tarea “no se van, se quedan a ver qué pasa y no solamente eso, después por ejemplo que los jurados dan su veredicto, si es de culpabilidad, a los dos o tres días después hay una audiencia para que el juez imponga la pena, y los jurados, varios de ellos, vuelven a ver qué fue lo que pasó con su decisión”.
“Estamos viendo ahí un compromiso muy fuerte de un pueblo que esta siendo habido de participar, es una experiencia altamente positiva por donde se lo mire” manifestó Harfuch y agregó que más allá de esta figura “también hay que dcir que hay muy buenos jueces, ocultos, y sin embargo los jurados al ver como actúan en el juicio, después terminan haciéndole una devolución al juez, reconociendo incluso en algunos casos lo difícil que es juzgar a alguien”.
El juez dirige el proceso
En cuanto a las características del sistema, el integrante de la AAJJ recordó que las acciones en el juicio son dirigidas “por un juez penal que ya estaba designado por ley antes de que el hecho sucediera; el va a ser el que en algún punto quien va a conducir el juicio y a los jurados. Si los jurados van a escuchar las pruebas, el juez va a moderar la pelea natural que se va a dar entre la Fiscalía y la Defensa, y va a limitar aquellos argumentos se sean efectistas o prejuiciosos y va a tratar de que el al jurado le llegue información limpia. Después el juez se reúne con las partes y define como explicará la ley al jurado, porque le debe explicar la ley al jurado, que es un homicidio, que es un robo, como se tiene que probar un abuso, o diferenciar la imprudencia de otros actos y el jurado con toda esa información se reúne a deliberar”.
También recordó que el veredicto del jurado “es totalmente vinculante, no se puede apartar el juez para nada del veredicto”, aunque también indicó que el acusado y su defensor pueden recurrir el fallo en caso de que entiendan que existió una mala valoración de la prueba por parte del juez o un testigo mintió, por caso y plantear el recurso ante un tribunal de impugnación.
En ese sentido, el Dr. Andrés Harfuch sostuvo que “el veredicto es soberano porque además se les exigen unanimidad o altísimas mayorías, para condenar o para absolver; se pide un acuerdo unánime, tiene que llegar al acuerdo de los doce y aunque no lo podamos creer, es lo que pasa siempre, claramente llegan a acuerdos unánimes después de una larga deliberación, que es lo que quiere la ley”.