Columna de Opinión de Sidonie Porterie y Aldana Romano para el diario El Día
La regulación del juicio por jurados generó amplios debates y avivó profundas resistencias dentro y fuera del ámbito judicial, poniendo en tela de juicio las posibilidades de su instauración y la capacidad de la ciudadanía para cumplir con tan importante función. Pero, para sorpresa de muchos, la experiencia acumulada en Buenos Aires demostró que los juicios por jurados son perfectamente realizables, y que la ciudadanía se compromete y decide con enorme responsabilidad y criterio. Un dato indiscutible es que un 76% de los jueces coincidieron con los veredictos de los jurados
En la valoración del jurado hay un reconocimiento tácito a la crisis de legitimidad del sistema de justicia, a la desconfianza en la objetividad de sus decisiones. En razón de la comparación –inevitable- con el sistema de justicia profesional, los operadores judiciales destacan la imparcialidad del sistema de juicio por jurados y la incuestionabilidad de la decisión del jurado. No por casualidad, de ser llevados a juicio, el 67% de los operadores judiciales preferiría ser juzgado en un juicio por jurados.
Las primeras evaluaciones permiten corroborar que el juicio por jurados contribuye a la legitimación del sistema de justicia, y revitaliza la confianza en un período en que esto es una necesidad. Los legisladores deben conocer esta experiencia y sus resultados antes de encarar una reforma.
Parafraseando a un clásico, “Todos los gobernantes que han denostado el poder del pueblo, han destruido la institución del jurado o la han falseado”.
*Sidonie Porterie es miembro de la junta directiva de INECIP, y Aldana Romano Directora Ejecutiva del INECIP.