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Vecinos, vecinas y jurados: Rosario transforma su justicia municipal

Por Aldana Romano.

4 Oct 2024

Por Aldana Romano* para Comercio y Justicia

Este mes, por segunda vez un tribunal de vecinos y vecinas impartió justicia en Rosario. A contramano de los debates públicos que parecen transitar posiciones irreconciliables, cinco rosarinos y rosarinas mostraron que la escucha compartida, el debate sobre las pautas comunes de convivencia, es posible.

El jurado tuvo que decidir sobre la responsabilidad de un vecino por la tala de un árbol. Se lo acusaba de haberlo talado sin autorización municipal para acceder a la cochera de un edificio. Luego de un par de horas de debate, donde el fiscal municipal y el vecino presentaron sus pruebas, el jurado deliberó y encontró al vecino responsable. La jueza a cargo de la conducción del juicio definirá en los próximos días la sanción que corresponde en este caso.

El jurado vecinal es una apuesta al compromiso de la ciudadanía con la democracia. Las y los jurados son voluntarios, son personas que deciden destinar su tiempo para discutir con otras personas sobre problemas que afectan a las pautas comunes de convivencia. En momentos de retraimiento social, de debates que transitan bajo las lógicas de las redes sociales donde los argumentos se expresan en los caracteres de un tweet; la posibilidad de sentarse a deliberar con pares es una experiencia inédita, pero curiosamente posible, y ciertamente, muy fructífera.

La presencia del jurado impacta no sólo en la ciudadanía sino también en la práctica de la propia justicia municipal. La justicia municipal logra abandonar la lógica de una justicia administrativa de faltas para pasar a tomar la entidad de una justicia que trabaja sobre la conflictividad. Lo que otras veces se dirime en despachos bajo papeles, actas y documentos escritos, toma el espacio público y se cristaliza en palabras que todos y todas podemos entender. Este cambio de paradigma al que el jurado colabora, supone dejar atrás las visiones infraccionarias y  administrativas, para trabajar sobre la conflictividad social, instando a la reparación del daño, la responsabilidad y, fundamentalmente, al ejercicio indispensable de una cultura de la tolerancia.

No creo equivocarme al decir que probablemente pocos vecinos y vecinas sepan qué deciden todos los días jueces y juezas municipales en Rosario. Más aún, probablemente muchos ni siquiera conozcan sobre las faltas que rigen en la ciudad. Pero no tengo dudas que más de una persona estará mirando con interés lo que hace unas semanas un grupo de vecinos y vecinas decidió; habrá aprendido algo sobre el jurado vecinal, pero también sobre las pautas que regulan la convivencia. Y más que eso, habrá aprendido que también hoy, es posible deliberar con otros y arribar a un consenso.

Ojalá más ciudades se animen a repensar su justicia municipal, y a discutir especialmente su rol en la construcción de una política de la tolerancia. Desde INECIP seguiremos comprometidos y comprometidas con acompañar estos procesos, impulsar estos cambios de paradigma y buscar las formas de fortalecer la democracia.

* Aldana Romano es directora del Programa de Organización y Gestión Judicial del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP).

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