Por Patricia Coppola*

“La verdadera salvación está en la audacia intelectual, en la locura creadora. En la utopía, que mantiene viva la esperanza de que un día seamos mejores”.

Osvaldo Soriano, publicado en Rebeldes, soñadores y fugitivos bajo el título Utopía, una cultura en deuda. El texto está dedicado “a la gente de Página/12”)

“El intelectual tiene la obligación moral de salir a la calle cuando ve injusticias en la sociedad, no quedarse en la torre de marfil (…)”.

Osvaldo Bayer (entrevista publicada en Revista Ñ)

 

En marzo del 76´, Osvaldo Soriano estaba en Bélgica. En ese país, entre los años 1977 y 1979, escribe su novela Cuarteles de invierno, según sus propias palabras, tratando de exorcizar lo que pasaba en la Argentina.

Osvaldo Bayer, escribe el prólogo en el 2003 que aparece en la edición de Planeta del año 2013.

Cuenta Osvaldo (Bayer) en ese prólogo que, en 1982, cuando Soriano lo visita durante su exilio en Berlín, traía bajo el brazo Cuarteles de invierno recién impreso y que pocas veces lo había visto tan contento.

Pasados 20 años de la primera edición, en el 2002, en plena democracia argentina, ostentaban candidaturas personajes como Bussi, Patti y Rico. Bayer se pregunta qué estaría registrando Soriano. Y se contesta que seguramente habría escrito, con su estilo implacable, la crónica de los hechos del 20 de diciembre del 2001 y habría seguido, bien de cerca, a Rodriguez Saá, Duhalde, Menem, Ruckauf, Reuteman, Cavallo, López Murphy, Barrionuevo y al resto del elenco de aquellos años.

Pasados otros 20 años de que Osvaldo (Bayer) escribiera aquél prólogo, me pregunto: ¿qué escribirían “los Osvaldos”?

Osvaldo (Soriano), quizá quién mejor retrató desde la literatura al peronismo de 1974, ¿qué escribiría hoy acerca de un peronismo que no ha sido capaz de cumplir con sus promesas más elementales? ¿Qué escribiría hoy acerca del nuevo Presidente, un personaje estrafalario que nos empobrece, nos insulta y nos deja librados al juego del mercado?

Osvaldo (Bayer), tuvo que abandonar el país, a los 50 años, luego que se prohibiera La Patagonia rebelde. “Mirá que hay que ser infeliz para que te prohíba un tipo como Lastiri- decía con humor –. Si me hubiera prohibido Irigoyen o Perón, bueno ¡pero Lastiri!”.

Osvaldo (Bayer), en marzo del 2016, a los 89 años, dolorido se preguntaba qué hizo Macri por la democracia. Sólo negocios, se respondía. Pasó 20 años denostando a Roca, demostrando el genocidio que perpetró, y el actual Presidente lo cita y lo ensalza. Hoy, tendrías 96 años, y estoy segura, volverías a enojarte y a recordarnos sobre la masacre y el sojuzgamiento de los pueblos originarios durante la campaña del Desierto que Roca comandó.

Casi lo estoy escuchando, mientras caminamos en un otoño rojo y amarillo por Chacra de Coria en Mendoza:

–  A vos te parece piba, que después de que pasó tanta agua bajo el puente, después de todo los que nos ha costado esta democracia, por más vapuleada que este, tengamos que soportar que cualquiera no diga desde tribunas públicas que no fueron 30.000.

–  A vos te parece piba, que un Presidente de la democracia casi que se ríe de los “laureles que supimos conseguir”.

A Osvaldo (Soriano) lo obsesionaba el peronismo. Lo pintó en No habrá más penas ni olvidos. Discutían con Osvaldo (Bayer) tratando de encontrar una plataforma común para comprender ese fenómeno exclusivamente argentino por sus idas y vueltas, por sus extremos y sus medios. No pudieron.

Ambos, como escritores testigos de su tiempo, desmenuzaron las tramas del poder, las chantadas y los silencios cómplices. Y lo hicieron con dolor, con furia y con humor.

Me imagino a Soriano y a Bayer conversando sobre la Argentina de estos tiempos. Los imagino a los dos escribiendo apasionada y lúcidamente. Los imagino indignados blandiendo su pluma en nombre de Rodolfo Walsh, de Paco Urondo, de Haroldo Conti, de los   desaparecidos, de las madres de la plaza, de los pueblos originarios, de los maestros, de los estudiantes, de los artistas.

Osvaldo (Bayer) finaliza el prólogo de Cuarteles de Invierno diciendo: “Arlt fue el genio que nos describió tal cual el Buenos Aires de la Década Infame. Soriano nos dejó las estampas vivas de esa Argentina traumática de los 70. Y, si siguiera entre nosotros, en sus páginas retrataría a todos: los traidores y los consecuentes, idealistas y policías, la mano abierta y la mano en la lata, los nobles y las ratas. Todos argentinos (…)”.

–  Vos harías lo mismo Osvaldo (Bayer).

Osvaldo (Soriano) muere en Buenos Aires a los 54 años en el año 1997.

Osvaldo (Bayer) muere en Buenos Aires a los 91 años en el año 2018.

Ya no están, pero, al nombrarlos, se nombra las causas por las que lucharon, todas vigentes. Ambos siguen molestando a los mismos de siempre. Ambos sabían que la dignidad es una pelea muchas veces perdida de antemano y, no obstante, subían al ring y, desde la literatura, apostaban al cross en la mandíbula.

*Patricia Coppola es integrante de la Junta Directiva del INECIP.